Ayer me levantaba y un post de un compañero pastor, ante el suicidio de un pastor en California me entristeció en gran manera. Muchos tomaron la noticia para juzgar al pastor y otros para orar por la familia y compadecerse. Para mi es muy triste que esto ocurra pero la realidad es que la quemazón, la depresión, es una realidad en el liderazgo que no podemos obviar.
La vida pastoral es compleja. El pastor se da y somos juzgados por nuestras decisiones. Mayormente las frustraciones llegan porque se espera una respuesta positiva ante los retos y ante los cambios que se hacen. El pastor Ramón Luis Pabón escribió esta nota en su facebook ante la noticia del pastor que se suicidó: "A veces los pastores se dedican 200% a la gente, y aunque existen una gran mayoría de personas agradecidas en el camino, también escuchamos algunos que esperan y exigen perfección del líder, existen algunos que piensan que el Pastor debe aprender a vivir bajo presión constante, acostumbrarse a las exigencias, y no demostrar debilidad, que debe aguantar la tristeza propia y solucionar primero el problema ajeno... Exigen que el pastor sea sensible, sienta empatía por todos, pero ¿cuando fue la última vez que tu como oveja lo fuiste por el? No justifico la decisión del pastor, pero lo entiendo, en algún momento de mi vida he atravesado momentos difíciles siendo pastor y he tenido que callar, y solo esperar en Dios, derramamos lagrimas por gente que nunca dirá algo positivo de ti, nos desvivimos por personas que luego nos enteramos lo mal que habla de nosotros a cambio, le damos oportunidades a personas que nos traicionan, y abrazamos en muchas ocasiones a personas que nunca oran por nosotros. Nos toca la difícil tarea de cómo Jesús lavarle los pies a Judas, sabiendo que es la misma noche en que irá corriendo a venderlo. Este post no es una justificación, solo que llevo meses viendo tantos amigos pastores que han cometido errores y después de llevar una vida predicando y proveyendo restauración desde un púlpito cuando ellos caen nadie le ofrece restauración a ellos, al contrario hay una fila de personas para enjuiciarlo... NO CUENTEN CONMIGO EN ESTO Así que la próxima vez que sientas el deseo en tu corazón de juzgar a tu pastor porque notaste que no es perfecto; No olvides que él también sufre cuando lo traicionan No olvides que él también tiene problemas familiares No olvides que él también tiene luchas y pruebas No olvides que a él también le gusta que lo visiten No olvides que él también se enferma Sobre todo nunca olvides que es tu Pastor y que te ha alimentado con pasto fresco por mucho tiempo" Hace varios años atrás, trabajé en el área de la Salud Mental. Allí me percaté que los trastornos mentales no discriminan profesiones ni clases sociales. Allí vi pastores, médicos, pobres, ricos, en fin, toda clase de personas que no supieron manejar conflictos o no tuvieron las herramientas para manejar sus crisis. Otros, tuvieron el síndrome de superhéroe y pensaron que eran indispensables en su profesión y tuvieron lo que se llama un "Burn Out". Quiero hablar un poco de este término. Burn Out o quemazón es un estrés excesivo frente al ambiente ocupacional y profesional. Se manifiesta por sentimientos de desgaste o deterioro emocional y físico acompañado por un sentido de frustración y fracaso. Es cuando las demandas y presiones impuestas sobre una persona exceden sus recursos. La quemazón en el líder, puede incapacitar y debilitar tus sentidos de juicio y de poder llevar a cabo tus funciones como líder. La gran mayoría de las personas que deciden ejercer un ministerio, liderato, lo hace con grandes ilusiones y expectativas. Nos trazamos metas a corto y largo plazo. Nos esforzamos para poder hacer lo que nos gusta, servir. Nuestra realidad de vida a cambiado. Hoy los estándares de lo que es ser un líder a cambiado en la iglesia. Ahora es cuántos seguidores tienes en las redes sociales. Si eres famoso por ser un "influencer" en las redes. Ahora los retos no son servir a nuestras comunidades si no cuan grande hacemos nuestros templos y cuan lindo lo hago. Cuántos músicos tengo para que la música se escuche bien sin importar si el que está tocando está ministrando o no. Porque al fin y al cabo nada de eso importa hoy. No importa el compromiso, no importa la lealtad, no importa la capacitación. Hoy día es con cuánta rapidez puedes obtener los resultados que las personas esperan de nosotros los líderes. Porque al fin y al cabo la presión que ejercen las redes es como se proyecta tu congregación y no la profundidad teológica, la responsabilidad, y sobre todo el cultivar una sana espiritualidad con Dios. Por lo tanto, los líderes tenemos dos opciones. Vivir y agradar a las personas o vivir una vida de ministerio para agradar a Dios. veamos estas estadísticas: - El 90% de los pastores trabaja más de 46 horas a la semana. - El 80% creía que el ministerio pastoral afectaba negativamente a sus familias - El 33% creía que el ministerio era un peligro para su familia - El 75% reportó una crisis significativa relacionada con el estrés al menos una vez en su ministerio - 50% se sentían incapaces de cumplir necesidades del trabajo - El 90% se sintió inadecuadamente entrenado para hacer frente a las demandas del ministerio * 1991 Survey of Pastors (Fuller Institute of Church Growth) Ahora veamos esta otra: - El 70% dice tener una autoestima menor ahora que cuando comenzó en el ministerio. - El 40% reportó un conflicto serio con un feligrés al menos una vez al mes. - El 37% confesó haber estado involucrado en un comportamiento sexual inapropiado con alguien en la iglesia; tener a alguien que ellos consideren un amigo cercano. * Pastors at Risk by H.B. London & Neil Wiseman.Victor Press. 1993. Entonces me formulo la pregunta. ¿Por qué los líderes se queman? Pienso que no hemos definido bien o con claridad lo que es una sana espiritualidad. Estas estadísticas no están formuladas ante los retos de hoy. Hoy, con el pos modernismo, el aumento de las iglesias "neo protestantes", los pastores, líderes religiosos tienden ser pseudo dioses. Toda la atención está en ellos. Así que el reto de un pastor de hoy día no es servir en la comunidad sin no tener escuderos, y tener menos contacto con la personas. Esto sumándole la proyección que hay que tener en los medios sociales. Cuantos likes, cuantos seguidores tenemos...es lo importante. Ya no son las visitas en las casa de los ancianos, ya no es la visita al hospital, ya no es la compasión por servir y ayudar al prójimo. Las necesidades de un pastor ahora son otras. Ahora el stress es cuan grande es mi templo para competir con la otra iglesia. Ahora es que voy hacer para conseguir buenos músicos no importando de donde los saque y cuantas iglesias deje sin sus músicos. Los manipulamos para ofrecerle algo mejor porque tu iglesia es más moderna. El pastor Peter Scazerro en su libro "Una Iglesia emocionalmente sana" narra que de cómo estaba su vida como pastor líder de varias iglesias, el dice en su libro: " Según sus líderes así va la iglesia" . Sus matrimonios destruidos, pero aparentando estar bien, familias destruidas, una iglesia que en apariencia decía estar bien, pero emocionalmente afectada. No fue hasta que su esposa le dice que no deseaba estar más en la iglesia y que no quería seguir con ese stress de vida en su matrimonio. Ella dice: "Esta iglesia ya no es vida para mi. es la muerte..." Peter Scazerro en su libro se preguntaba ¿Cómo llegamos a este punto? El entendía que estaba obsesionado con el trabajo para "Dios". El ocuparse, el trabajar para Dios puede causar en nosotros muchas aspiraciones, pero el error está en varios factores que nos llevan a vivir una vida en crisis. 1. Descuidamos nuestra salud emocional: No sacamos el tiempo para nosotros. No dedicamos tiempo a la lectura, a la meditación, al ver una película, al descansar una tarde. Pensamos que si lo hacemos le fallamos a las personas. 2. Descuidamos nuestra salud física: No sacamos espacio para hacer ejercicios, comer saludable. Vivimos tan a prisa que así mismo descuidamos nuestra salud. La mayoría de los líderes, padecen de la presión, diabetes, de obesidad, etc. Se nos olvida que el cuerpo es templo del Espíritu y que es parte de nuestra espiritualidad. 3. Descuidamos nuestras familias: No sacamos un espacio para compartir con nuestras esposas, nuestros hijos. No separamos un espacio para sentarnos juntos y hablar. No se vive una sana sexualidad porque el agotamiento y la falta de tiempo es la orden del día. Nuestros hijos necesitan de sus padres, pero no tenemos tiempo para ellos. La iglesia, el trabajo es primero. Pensamos que mientras más culto más crezco en el espíritu. Así que llenamos nuestras iglesias de cultos, pero menos tiempo de familia. Usted se preguntará el por qué no añades una 4ta. ¿descuidamos la espiritualidad? Porque ya con la primeras , ya hemos descuidado nuestra espiritualidad. Ya con las primeras 3, hay un desnivel en la vida espiritual. El líder se traza metas, pero las mismas nunca deben de ser tropiezo para tu familia, para tu vida íntima con Dios. No podemos llegar al Burn Out en nuestro ministerio. En mi vida como pastor, he vivido muchos procesos y etapas. Me he sentido ilusionado, me he sentido desilusionado, he reído, he llorado, pero algo he aprendido en el transcurso de mi ministerio. En el 2017 fui trasladado de iglesia. Pensaba que tenía las herramientas para manejar esa crisis, así que acepte el reto. En los primeros meses sentía que no podía, lloraba a escondidas de mi esposa. No me había preparado para un cambio de un día a otro. Terminé en un congregación luego de ser pastor por 12 años en una comunidad, ahora en otro mes, ya era pastor de otra congregación, distinta, con diferentes culturas, y allí me encontraba yo ante la crisis. Mi esposa y mi hija estaban felices, pero yo estaba procesando el cambio en el transcurso de los meses. Cuando llegó el mes de diciembre, fue el mes más duro para mi. Quiero abrir mi corazón con ustedes. Yo estaba acostumbrado a un estilo de vida. Donde se me reconocía, donde inconscientemente se me llenaba una área que aunque no lo entendía, llenaba mi ego. Así que en el mes de diciembre tuve un encuentro con Dios en mi soledad, en mi crisis. Yo le cuestionaba a Dios ¿por qué me sentía tan vacío? si yo acepte el reto, si acepte hacer tu voluntad, ¿por qué me siento así? La respuesta de Dios no se hizo esperar: "Carlos, el problema es que estas esperando inconscientemente que te reconozcan por los que estás haciendo" La respuesta de Dios me confronto con mi realidad. Nadie me lo decía, pero Dios en su gracia y su amor me confronta. No hagas tu trabaja esperando respuestas hacia ti. Haz tu trabajo en obediencia a mi. Una vez más, reafirme mi llamado ante Dios. Ahora mi felicidad no consiste en reconocimientos. Mi felicidad consiste en agradar a Dios. Consiste en compartir más con mi esposa, en jugar con mi hija, en correr, en ser feliz simplemente porque estoy siendo obediente a Dios sin esperar aplausos. Si me preguntas hoy, vivo feliz, amo a mi congregación cada día más. Me doy sin esperar, me doy con pasión, porque amo lo que hago, porque simplemente Dios me escogió yo no mereciendolo. Si hoy, vives en crisis en tu ministerio, vives en crisis por los retos que la sociedad nos impone. Te invito a que re-enfoques tu ministerio e intentes no ser el centro de atención, que el ministerio no dependa de ti. Capacita a otros que lo puedan hacer mejor que tu, delega, confía, y sobre todo, aunque nuestra sociedad nos dicta que el ministerio no es de servicio, no olvides que tu vives del servicio a los demás. Visita, acompaña, hazlo con el corazón, porque la realidad de todo es que he aprendido y reafirmado que la bendición no está en el recibir, esta en el dar. *si sientes síntomas de quemazón, acepta tu situación y si no tienes las herramientas para manejarlo, busca ayuda profesional. Aquí te voy a dejar un listado de centros de ayuda. - Iglesia Cristiana El Sendero de la Cruz (787) 764-4666 - Centro de Consejeria y Terapia Familiar (787) 795-4466 - (787) 645-4130 - Iglesia A.M.E.C. - Casa de Alabanza (Sembradores de Esperanza) (787) 256-3331 Te ama! Pastor Carlos Armando Simón Pedro le contestó:
—¿Y a quién seguiríamos, Señor? Sólo tus palabras dan vida eterna. Nosotros hemos creído en ti, y sabemos que tú eres el Hijo de Dios. (Juan 6:68-69) Este texto es uno de los que más he utilizado en estos días. No necesariamente con el sentido que le daré en este escrito, pero si con el sentido de responsabilidad y compromiso. Esta respuesta de Pedro se da ante la pregunta incómoda de Jesús al ver que los judíos que seguían a Jesús se fueron por no aceptar que él era el hijo de Dios. Allí sucedieron dos cosas que no puedo pasar por alto. La primera fue la respuesta de esta gente ante la premisa de Jesús que él era el pan de vida. Su reacción fue recordar sus antepasados. Recordaron a Moisés entre otros personajes como ellos si tenían una conexión con Dios. Que irónico que el religioso siempre quiera vivir enmarcado a las experiencias del pasado y no que con el Dios que provee la experiencia. Muchas personas se aferran a sus experiencias del ayer. No han entendido el contexto que vivimos y su queja constante es con todo lo que ocurre dentro de la iglesia y los cambios que surgen en ella. Unos de mis principios como pastor es no aferrarme a las experiencias por más buenas que sean. Pienso que Dios siempre tiene experiencias nuevas y refrescantes a mi espíritu. Estoy seguro de que, dentro de 15 años, todo lo que se hace en la iglesia será distinto, los métodos serán otros, las formas, los estilos serán otros, por lo tanto, no me puedo aferrar a lo que hoy estoy experimentando. Cuando esto ocurra, quiero estar preparado tanto emocionalmente como espiritualmente para poder comprender lo que Dios desea seguir haciendo con otras generaciones. Otra respuesta de los que seguían a Jesús fue huir. Jesús cuando los enfrentó y les dijo que la manera de comer ese pan era aceptando que él era el hijo de Dios, dice el texto que todos se fueron. Esto es una reacción normal del ser humano. Pero no la considero madura. Hoy día hay una modalidad de salir de las iglesias para buscar una moderna que llene nuestras expectativas. Los hacen como chuparse un limber. No tenemos la madurez de enfrentar nuestros problemas y ser parte de la solución. Recuerdo cuando en el 2002, regrese de mi practica pastoral a mi iglesia madre, ya no había muchos jóvenes en la iglesia. Mi iglesia madre estaba pasando por un proceso muy duro. El pastor que tanto queríamos en la iglesia tuvo que salir por asuntos que a muchos no nos gustó en la forma que muchos líderes lo trataron. Yo tenía tantas opciones para irme de la iglesia. Hasta iglesias independientes me ofrecían ser parte de su cuerpo pastoral, cosa que no acepte, ni acepto. Recuerdo que de 118 jóvenes en la lista no habían ni 11. Hubo un éxodo grande en la congregación. Yo venía de pasar un momento duro en mi proceso de practica pastoral, así que llegue en un momento difícil y tenia que tomar una decisión. Yo decidí quedarme. Quedarme y ayudar al pastor que estaba en ese momento, aunque difería de el en muchas cosas. Me quede para ser parte de la solución y ayudar en la obra de Dios. El irme nunca ha sido una opción ante las adversidades. Hoy día eso es tan normal. Las personas renuncian a sus ministerios, renuncian a sus congregaciones, huyen ante los problemas de no someterse a su líder, de no estar de acuerdo en cómo se hacen las cosas. Buscan otra iglesia donde sentirse cómodos. La realidad es que están buscando escapar de su realidad, pero no sanan su problema, no sanan sus conflictos. Observemos la respuesta de Pedro cuando Jesús les pregunta: “¿También ustedes quieren irse?” y a quien seguiríamos, Señor? Sólo tus palabras dan vida eterna. La respuesta de Pedro se da por dos factores: 1. Nosotros hemos creído: El creer nos hace siempre tomar las mejores decisiones. Creer es sanar heridas, es actuar con sabiduría. Es ser leal, es tener principios y valores del reino. 2. Sabemos que tú eres: El saber es convicción, es intimidad. Cuando uno conoce no huye ante las crisis, no huye ante las experiencias malas en tu congregación. Si hoy estas esperando una respuesta de Dios para salir de tu iglesia, la respuesta es no. Se que no es lo que estas esperando porque quieres irte a donde todo está “bien”, donde hay mucha gente, donde te dicen que vas a ser próspero y que la vida es color de rosa… ¡pero no! No te vayas, quédate y se agente de sanidad, se agente de cambios y ayuda a tu pastor o pastora a bendecir la obra de Dios. Yo me quede y estoy disfrutando ahora mismo en mis 14 años de pastor la decisión de haberme quedado en un momento de crisis. Repite como Pedro: --¿Y a quién seguiríamos, Señor? Sólo tus palabras dan vida eterna. Nosotros hemos creído en ti, y sabemos que tú eres el Hijo de Dios. ¡Te ama! Pastor Carlos Armando López Gerena Efesios 4:1-16
Tal parece que Pablo estuviera escribiendo este texto en este tiempo. Observemos por un momento el texto y la problemática en las iglesias. Cuando escuchamos el tema hay que separar las palabras y definirlas. Hablamos de poder, de unidad y de sanidad… El poder: es la fuerza sobre natural, es la capacidad otorgada a alguien o algo… Unidad: Este termino debe de ser uno con sentido de pertenencia para nuestra denominación. Nosotros somos una iglesia donde tres denominaciones decidieron voluntariamente unirse. El diccionario define unidad como la propiedad que tienen las cosas de no poder dividirse ni fragmentarse sin alterarse o destruirse. Sana: Sanidad… se utiliza como tratamiento, como la eliminación de alguna enfermedad o trastorno (diagnostico). De una manera mas sencilla es que tiene salud total. Ahora bien... ya definiendo esos tres conceptos del tema, quiero ir un poco a lo que ocurría en la iglesia de los efesios. Toda estructura, ministerio, negocio, ayuda, como quieran llamarle, su vocación, su llamado según esta carta es uno de servicio y de unidad. Si el ministerio, o lo que vayamos hacer es uno que trae contiendas, no lo estamos ejerciendo con el fin de lo que fue creado. Según Jesús, el llamado es ser colaboradores de Dios en la reconciliación y la unidad de toda la creación bajo el señorío de Cristo. El medio de toda unidad es Cristo, sin embargo, la mayoría de las personas lo utilizan para dividir iglesia y traer contiendas… la ironía de la vida. Recuerde que uno de los problemas más común en el aquel contexto era la división por ser judíos y gentiles. Jesús había roto con ese tipo de pensamiento, pero todavía se hacia difícil entenderlo. El apóstol se siente responsable de proclamar el evangelio de la paz, que según en el capitulo 3 es un evangelio que incluye y no excluye y es uno reconciliador. Efe 3:6 "Y este es el plan secreto: por medio de Jesucristo, también los que no son judíos pueden recibir la salvación y las promesas dadas al pueblo de Israel, y formar con Israel un solo pueblo. Todo lo que ustedes tienen que hacer es aceptar esa buena noticia" Esto quiere decir que, si las iglesias quieren vivir a la altura de su llamado, vocación es fundamental que entiendan el ministerio de Jesús. Esto es importante para el testimonio mismo de la iglesia y para nuestra misión en este mundo. Mira como Pablo entiende que deben de ser los cristianos: Efe 4:2 "Sean humildes, amables y pacientes, y bríndense apoyo, por amor, los unos a los otros. Efe 4:3 Hagan todo lo posible por vivir en paz, para que no pierdan la unidad que el Espíritu les dio." La Iglesia, está llamada a transformar radicalmente las relaciones, el comportamiento, el pensamiento, actitudes para gloria de Dios. ¿Qué es una persona humilde? Esto es que no es pretenciosa en si mismo ni en su relación con los demás. Es la actitud de quien sabe que todos son iguales por ser creados a la imagen de Dios. Es lo contrario a la arrogancia y a la soberbia. Este pensamiento de que somos indispensables. Que si no lo hacemos nosotros no quedara bien… Pablo dice: sean humildes, amables, y bríndense apoyo. Sean pacientes: es la capacidad de aguantar hasta lo último. Esta paciencia se manifiesta con una actitud de tolerancia amorosa. Como dice un refrán popular, para una muestra, un botón basta. Pablo comienza a utilizar la trinidad como un equipo de trabajo. El le llama la unidad de espíritu. Esto no tiene que ver solamente en el aspecto espiritual… en si lo que quiere decir es que estamos unidos a un mismo espíritu. Él dice: Solo hay una iglesia, solo hay un solo espíritu, y Dios los llamó a una sola esperanza de salvación. Explica que Dios le dio la autoridad a Cristo, siendo el mismo Dios, a ir a lo mas profundo, y que cada uno tenia una función… Dios derramó su gracia sobre su iglesia, para que la iglesia la derrame sobre los pecadores. Esa es nuestra misión. Pablo especifica que Dios hizo esto para que todos los que formamos la iglesia, que es su cuerpo, estemos capacitados para servir y dar instrucción a los creyentes… v 12 En la versión Jerusalén dice: “para la adecuada organización de los santos en las funciones del ministerio, para edificación del cuerpo de Cristo. Pablo entiende que la unidad del cuerpo es importante para el testimonio de la iglesia. Cada uno tiene una función… me explico. El verso 11 dice: el fue quien les dio a unos la capacidad de ser apóstoles; a otros la de ser profetas, a otros la de ser evangelistas, a otros la de ser pastores y maestros. Es importante afirmar algo... quien da el llamado en la vida del ser humano, se llama Dios. La iglesia la ratifica, pero el llamado viene de Dios. Veamos por un momento los ministerios: apóstoles… hoy día se utiliza esa posición por encima de cualquiera... hasta del pastor. Si eres apóstol eres mayor que el pastor. Y Pablo dice que ningún ministerio es mayor que ninguno… que todos tienen una función. Servir ¿Cuál es la función de un apóstol? Predicar, servir, sembrar iglesias. El problema que hoy día la gente utiliza esta posición para su beneficio propio. Para enriquecerse y lucrarse de su posición. Otro ministerio es el del evangelista. El evangelista es llamado a predicar. El problema de nuestros tiempos es que hemos quitado de nuestros ministerios a los evangelistas. Nos centramos en los pastores. Las iglesias tiene buenos predicadores, pero no le damos su lugar. Pensamos que un buen predicador debe de ser buen pastor. Oiga bien algo. El ministerio pastoral es otra cosa. El evangelista predica en un lugar y se va de ese lugar. Quien se queda cuidando, nutriendo, alimentando es el pastor. Uno puede ser el peor predicador del mundo, pero si eres bueno visitando, en la compasión, en el trato con la gente, en la enseñanza… lo de ser mal predicador te lo pueden perdonar. Pero predicar bien, y no cuidar a tus ovejas eso no te lo perdonaran. Porque para eso hay que tener vocación… Profeta: El asunto del profeta es que no hemos comprendido correctamente su función. Lo utilizamos como un mensajero tipo Walter Mercado que te lee el futuro. Los profetas de la biblia tenían una función. Ellos demandaban las injusticias de los gobiernos corruptos. Ellos eran la voz de Dios y demandaban con acción. Hoy día los mensajes son "Dios te prosperara, Dios te llamo hacer una iglesia nueva, etc. El pastor y maestro: Su función es guiar, educar, entre muchas funciones que tenemos los pastores. Cada uno tiene una función para beneficio de la obra. El fin de cada ministerio es servir… Si no lo ejecutamos con este fin, no lo hacemos para la gloria de Dios. La iglesia tiene muchos ministerios… tiene diáconos, tiene ujieres, tiene maestros, tiene evangelismo, tiene misiones, tiene una junta de gobierno, tiene un grupo de administradores que trabajan con la mayordomía de las finanzas, tenemos un grupo de adoración, tenemos un grupo de damas, de caballeros, de jóvenes, grupo de apoyo, de intercesores, etc. Yo quiero que usted entienda algo… si usted pertenece a un ministerio… a usted se le delegó de arriba una función. Esto es para beneficio de la iglesia, de Dios, para beneficio de los que reciben el servicio. Así que es importante tu función, es importante tu trabajo, es importante que lo hagas unido a tu hermano. Pablo dice: Así seremos un grupo muy unido y llegaremos a tener todo lo que nos falta; seremos perfectos, como lo es Cristo, por conocer al Hijo de Dios y por confiar en él. Pablo dice: Ya no seres como niños, que ahora piensan una cosa y mas tarde piensan otra, y que fácilmente son engañados por las falsas enseñanzas de gente astuta, que recurre a toda clase de trampas. Hoy día, las personas tienen tantas alternativas. El trabajar con personas es muy complicado. Conlleva el trabajar con las diferencias de los demás, con asuntos que se deben de trabajar en el momento. El problema es que nosotros decidimos irnos de las iglesias, buscamos un escape, vemos que ya no se siente lo mismo en la iglesia, pero el problema no es la iglesia somos nosotros. Vamos a otro lugar y no sanamos las difeencias, no trabajamos con los asuntos que tenemos que resolver y que nos dan poder. La unidad de un cuerpo se da cuando a pesar de las diferencias hay sanidad de espíritu, hay sanidad en las relaciones, hay respeto y se comprende que todos trabajamos como un solo cuerpo. Esta sección termina de una manera magistral… Al contrario, el amor… debe de hacernos decir siempre la verdad, para que en todo lo que hagamos nos parezcamos cada vez más a Cristo, que es quien gobierna la iglesia. Cristo es quien va uniendo a cada miembro de la iglesia, según sus funciones, y quien hace que cada uno trabaje en armonía, para que la iglesia vaya creciendo y cobrando más fuerza por causa del amor. Cuando observo mi contexto, veo tantas iglesias que se abren, utilizamos a Dios para justificar nuestras heridas, para justificar nuestras salidas, es que Dios. Es que Dios… Nuestro Dios nunca divide iglesias, nunca cambia su pensar, nosotros somos los que cambiamos y queremos llenar nuestros egos y nuestras emociones. Queremos que Dios responda a nuestros caprichos. Las iglesias históricas cada día siguen perdiendo gente, cada día siguen las luchas de poder, cada día se abre una nueva congregación con una nueva revelación. Ahora bien… ¿cuál es nuestro llamado? Primero: Seamos amables, seamos pacientes, seamos gente buena de Dios. Seamos un cuerpo, seamos diferentes, pero ante la diversidad seamos gente de Dios que se respeta y se ama. Identifica cual es tu llamado, pon tu vida a los pies de Cristo para que juntos podamos trabajar, juntos podamos conquistar, juntos podamos mostrarle al mundo que si se puede, que si podemos ser uno en Cristo. Porque es el testimonio de unidad, que tiene ese poder… esa característica, esa fuerza sobre natural, para sanar, para transformar las heridas en sanación, en liberación… Ante un mundo que promueve la división, entiendo que el poder del testimonio de la iglesia no se basada en abrir mas templos, de huir o escapar de nuestras crisis en las iglesias. el poder esta en la unidad y en tener la madurez de perdonar, de respetar a nuestros lideres y de dejarnos de pequeñeces para justificar nuestras malas interpretaciones. Seamos cuerpo de Cristo y que ese poder de unidad sea el que transforme nuestra gente. Porque ven a un pueblo unido. Te ama! Pastor Carlos Armando |
Author:El Rvdo. Pastor Carlos Armando López Gerena tiene un BA en Trabajo Social y una Maestría en Divinidad del Seminario Evangélico de Puerto Rico. Actualmente está cursando un certificado en Administración de Iglesias. Archivos
Abril 2025
Categorías
Todo
|