Lucas 13:1-9
Hoy me topé con una de esas ideas que en muchas ocasiones la gente de la iglesia tienen. Pensar que el sufrimiento de la vida tiene que ver con la amistad o enemistad con Dios. Tiene que ver con pecar o no. Cuando todo va bien y no hay grandes angustias o desconsuelos, creemos que estamos en paz y amistad con Dios. Y puede ser que realmente no suframos grandes ahogos y a la vez estemos con Dios, pero Cristo nos muestra que no es así la forma de verlo. ¿Acaso los miles de personas que murieron en el terremoto de Haití , murieron de esa forma, porque eran más pecadores que nosotros? Por supuesto que no, pues Dios no es un juez injusto que condena a quienes pecan. Gente de Dios, mejor es preocuparnos por nuestra propia vida, por nuestra propia conversión y dejar de juzgar a los demás por lo que les pasa en la vida. Que si este vecino llevó a bancarrota su negocio, porque no daba limosna a Los pobres o al otro se le dividió la familia, porque no iba a la iglesia o al de más allá se le murió un hijo porque decía blasfemia ....gente de Dios, no es así, no es de esa manera. Dejemos de calcular cómo están los demás ante Dios e interesémonos más por nuestra propia conversión, por nuestra propia vida espiritual. Los acontecimientos dolorosos de la vida no son la clave para saber qué relación tiene la gente con Dios. Los sufrimientos son inherentes a la vida. Si los asumimos con actitud de crecer de fortalecernos los sobre llevaremos. Enfrentar la vida y sus problemas con fe y confianza nos ayudará a sobre pasarlos. Gente de Dios, el hecho que haya gente que sufra o que le sucedan cosas malas no es que Dios está en contra de ellos o no es que están en pecado, como muchos tendemos a creer. Por el contrario Dios nos ha enviado a su Hijo Jesús para cargar con nuestros sufrimientos y ayudarnos en nuestras luchas cotidianas. Les invito a no jugar a ser juez y a juzgar a la gente por lo que le sucede en la vida. Paz Pastor Edward Rivera-Santiago. Jua 3:16 »Dios amó tanto a la gente de este mundo, que me entregó a mí, que soy su único Hijo, para que todo el que crea en mí no muera, sino que tenga vida eterna.
El origen y el comienzo de todo: Este nuevo comienzo, este renacer, surge no de la nada, surge por un principio de Dios, y esto se basa en amor. 16 »Dios amó tanto a la gente de este mundo, que me entregó a mí, que soy su único Hijo, para que todo el que crea en mí no muera, sino que tenga vida eterna. Lutero, le nombró a este versículo como el evangelio miniatura. Porque en un pequeño versículo esta la esencia del evangelio de Jesús. Aquí está el origen de todo, el comienzo del amor inefable de Dios. Cuando digo inefable es que no se puede explicar con palabras. Cuando leemos el texto tenemos que romperlo y hacernos varias preguntas. El objeto del verso: Es el mundo, La acción: amó, el grado: de tal manera amó Hay que observar en el texto que el comienzo y la primera causa de salvación es puramente por amor de Dios. Nosotros estábamos en ruina, en pecado, más sin embargo de él salió amarnos, su motivación fue simplemente amor, fue por su propia iniciativa. Esto quiere decir que el amor de Dios es el fundamento de todo. Podemos mencionar razones entre otras cosas, pero no podemos dar el porqué de su amor. Dios mostró su sabiduría, poder, justicia y santidad en nuestra redención por medio de Cristo… pero si nos preguntamos porque tanta importancia a una criatura, que no tiene ningún valor, creada al principio del polvo de la tierra, para luego caer en pecado, en deshonra y no poder ser de utilidad, tenemos aquí la respuesta…. Porque nos amó…. Y estoy seguro que muchos se preguntaran y porque Dios nos amó siendo pecadores… y la respuesta es sencilla… porque nos amó… Nosotros no podemos irnos más allá de su origen natural que es amar. Moisés lo explica en Deuteronomio Deu 7:7 Pero si Dios los prefirió, no fue por ser ustedes un pueblo muy importante. Al contrario, eran el pueblo más insignificante de todos. Deu 7:8 Si Dios los liberó de la esclavitud en Egipto, fue porque los ama. Con su gran poder derrotó al rey de Egipto, y así cumplió su promesa a nuestros antepasados. En otras palabras podemos decir que Dios nos ama, porque simplemente su origen es amor. Y porque simplemente esa es su naturaleza. La gran finalidad de Dios en nuestra redención es la expresión de su amor y misericordia hacia la humanidad, y no tan solo la expresión sino la demostración de su amor. Pablo lo dice de la siguiente manera: Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. Rom 5:8 Esto quiere decir que el propósito de Dios fue que no solo creyéramos esta realidad, sino que también admiremos la grandeza de su amor. Una pregunta que nos tenemos que hacer en base al amor de Dios… ¿De quién es el mérito? Los méritos de Cristo no fueron la primera causa del amor de Dios, sino la manifestación, el fruto, el efecto que el amor da. El texto dice primero que Dios amó al mundo y luego dice que dio a su hijo único. 1Juan 3:16 dice: que en esto hemos conocido el amor, en que él puso su vida por nosotros. Cristo es el medio principal por el cual Dios cumple los propósitos de su gracia. Pero este amor no es por nuestros méritos ni mucho menos porque somos digno de ese amor. Cuando su amor lo llevo a dar a Cristo por nosotros, tenía en su mira a toda la humanidad como una masa viviendo en contaminación. Por eso nos proveyó un redentor. Dios al principio hiso una ley perfecta que prohibía el pecado, el ser humano la desobedeció y la seguirá desobedeciendo, porque esta gracia y este amor, ya no se basa por nuestros méritos, se basa por la muerte de aquel que nos amó. Explicar algo que no se puede explicar. Solo se puede aceptar y vivir. Puedo notar que en el pasar de los años a habido una mala construcción de Dios. Este Dios que esta con un latigo esperando que falles para castigarte. De hecho, este Dios se deleita en castigar a su pueblo. Este Dios no quiere que le busques por amor, el quiere que lo busques por mido a perderte. Este Dios, no quiere que tu hagas su voluntad por amor, el quiere que la hagas porque si no te va a torturar ya sea por tu familia, ya sea por tu salud, ya sea por una tragedia, pero de alguna manera tienes que hacer su voluntad. Creo que todo esto antes mencionado es una mala construcción. Hay tres características que expresan el regalo de Dios: (1) La buena voluntad del que da; (2) La grandeza del regalo; (3) La falta de mérito del que lo recibe. Las tres coinciden aquí. (1) La buena voluntad del que da: Su propio amor y nada más movió a Dios a hacer esto. Fue la libre intervención de su propio corazón sin que nosotros lo pensáramos o pidiéramos. No se da ni puede darse otra razón. Nosotros no pedimos tal cosa, no se le ocurriría a nuestra mente y a nuestro corazón, ni en nuestra mente concebirlo ni en nuestro corazón desear tal remedio para recobrarnos del estado caído de la humanidad. (2) La grandeza del regalo: Grandes cosas penetran nuestra mente, querámoslo o no. El regalo de Jesucristo es tan inmenso que expresa a qué extremo llega el amor de Dios. No tiene un Cristo mejor, ni un Redentor más digno, ni otro Hijo para morir por nosotros, ni hubiera podido el Hijo de Dios sufrir peores humillaciones que las que sufrió por nosotros… Por eso sabemos ahora que Dios nos ama, tenemos aquí una muestra o señal que lo manifiesta. (3) La falta de mérito del que lo recibe: Esto también es cierto. Somos totalmente indignos de que el Hijo de Dios se encarnara y muriera por nosotros. El Apóstol bien lo recalca: “Ciertamente, apenas morirá alguno por un justo; con todo, pudiera ser que alguno osara morir por el bueno. Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros” (Rom. 5:7-8). El Apóstol alude a la distinción que era familiar entre los judíos: Tenían sus hombres buenos o ricos, sus hombres justos, celosos de la Ley y sus hombres malos, sujetos a condenación. Quizá daría uno su vida por alguien muy misericordioso, pero sería imposible encontrar alguien que fuera tan generoso y estuviera dispuesto a dar su vida por un justo, o alguien totalmente inocente. Pero subrayemos que hay términos mitigantes: quizá y pudiera ser. Sería raro que alguien muriera por otro, por más bueno y justo que fuera. En cambio, la expresión de misericordia fue infinitamente superior a la que cualquier hombre ha demostrado, por más amistoso que hubiera sido. No había nada en el objeto que lo impulsara a hacerlo, porque no somos ni buenos ni justos, sino impíos. Sin tener en cuenta que no hay ningún mérito en nosotros, porque todos estamos en un estado de condenación, envió a su Hijo a morir por nosotros y librarnos de la muerte eterna, y hacernos partícipes de la vida eterna. Dios de tal manera amó al mundo cuando habíamos pecado y nos habíamos arrojado conscientemente a un estado de condenación. El amor de Dios es tan Hermoso, que siendo pecadores, siendo enemigos de Dios, su hijo me hizo su amigo por su amor inefable. Yo quiero que usted entienda algo, cuando aceptamos a Cristo, aceptamos su amor, sacrificio, entrega, pasión. Tú te podrás preguntar toda una vida. SEÑOR,¿seré digno de ese amor?, y él te dirá, no, pero mi hijo, EL que murió por ti, si. Por lo tanto transfiero mi gracia a tu vida, para que vivas en el reino, para que comiences a vivir la vida eterna. Y digo comiences porque Jesús dijo, para que no se pierda, tú puedes vivir toda una vida en perdición, mas tenga vida eterna, o vivir una nueva vida, y esta es eterna. Disfrutemos de la relación con nuestro Padre, por que su amor es para siempre. Te ama Pastor Carlos Armando Bibliografia: Manton, Thomas. El Evangelio dde la gracia de Dios. Gente de Dios, oro al Dios de la vida para que esta mañana los colme de ricas y abundantes bendiciones. Que cada uno de ustedes pueda sentir en sus vidas el inmenso amor de Dios. Hoy vivan este día como gente que Dios bendice.
Dios de la vida, gracias por mostrarme que grande es el camino de la pequeñez, de la humildad y del servicio. Dios de la vida, ayúdame en esta día a escuchar Tu Palabra con respeto y obediencia. Y que la misma la pueda poner práctica en mi vida. Dios de la vida, que hoy busque el camino para llegar a Ti. Dios de la vida, que ante las inseguridades que se me puedan presentar hoy, responda a ellas con valentía y con disponibilidad sabiendo de que Tú me sustentas. Dios de la vida, lléname de ánimo y alegría para hacer de este día uno de bendición para mi y todos los que estén a mi alrededor. Dios de la vida, pon las palabras de aliento, fe y esperanza en mi boca para cuando hoy me encuentre con alguna persona en necesidad pueda apoyarle y estimularle a seguir para delante en Tu nombre. Dios de la vida, recibe esta oración que elevó en esta mañana con la certeza de que Tú la haz escuchado y responderás en su momento más propicio. En el nombre de Jesús nuestro Redentor oramos. Amén La tarea de hoy: Ser de apoyo solidario a alguien que lo necesite. Pastor Edward Rivera-Santiago |
Author:El Rvdo. Pastor Carlos Armando López Gerena tiene un BA en Trabajo Social y una Maestría en Divinidad del Seminario Evangélico de Puerto Rico. Actualmente está cursando un certificado en Administración de Iglesias. Archivos
Abril 2025
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