La vida en si trae en su equipaje situaciones, experiencias, problemas, bendiciones, etc. No lo podemos evitar. Yo le llamo las curvas de la vida, comparando la vida con un juego de pelota. Cuando te toca el turno al bate, es el pítcher quien decide lo que va a lanzar. El catcher le da las opciones, pero es el lanzador quien decide. Pero entre el bateador, el receptor y el lanzador, solo dos saben cual es el lanzamiento. Puede ser una recta, como una curva.

En la vida hay curvas que le vamos a poder dar y otras que posiblemente ni le podamos tocar. Pero no nos podemos frustrar ante nuestra realidad de vida. Quiero que observes este texto: (Lc. 13.24)

13 Entrad por la puerta estrecha; porque ancha es la puerta, y espacioso el camino que lleva a la perdición, y muchos son los que entran por ella;

14 porque estrecha es la puerta, y angosto el camino que lleva a la vida, y pocos son los que la hallan.

Jesús hace una invitación a entrar por una puerta, pero en realidad hay dos puertas. Una de ellas es estrecha y la otra es ancha. Las dos se definen por el resultado de entrar por ella. Veamos por un momento.

La ancha pudiera ser interpretada por el ese camino fácil. Este evangelio light donde se predica que todo estará bien, que en Cristo nada malo te pasará. Que serás rico porque eres hijo de un rey. Que si haces la voluntad del padre no tendrás problema.

Cuando escucho tales interpretaciones, pienso que está puerta llena de un mundo color de rosa está totalmente en contra de lo que el mismo Jesús predicó y no tan solo predicó sino que sus discípulos lo experimentaron.

Observemos que dice Jesús de esta puerta ancha que sería la más bonita y aceptable para entrar porque el camino hacia ella es fácil. En l puerta ancha entrarán los que llevan el camino a la perdición.

La puerta estrecha que presenta Jesús es la que mayormente nadie quiere entrar. Nosotros presentamos y predicamos que si aceptas a Jesús tus problemas se resolverán porque nuestro Dios es un Dios de lo imposible. Jesús se refiere a esta puerta como estrecha porque al ser estrecha el camino más fácil sería pasar por la ancha que sería más cómoda.

De ante mano Jesús dice, entren por la puerta estrecha. Cuando Jesús llama a sus discípulos no les prometió riquezas, les dijo que él no tenia ni donde recostar su cabeza. El que seguía a Jesús era testigo de cómo era juzgado por el sector religioso. Así que para seguir a Jesús la puerta es incómoda desde la entrada.

Cuando Jesús asciende al cielo, sus discípulos deciden formar una iglesia. Ellos tenían el llamado de seguir y de hacer cosas mayores. Pero eso no le impidió a que fueran juzgados y martirizados por el sector religioso. Le cuestionaban cada vez que hacían un milagro. Le cuestionaban cada vez que les rompían los esquemas.

Así que para los discípulos fue cuesta arriba el poder hacer la voluntad de Dios. Fue cuesta arriba porque no los entendían y no querían darle esa autoridad. Sin embargo no fue impedimento para que ellos siguieran intentando. Ellos habían escogido la puerta estrecha. Esta puerta les garantizaba que el camino no sería fácil, pero que la presencia de Dios les acompañaría y les daría fuerza.

Mi invitación en esta lectura es a que definas y afines tu oído a tomar la mejor decisión. Ya hay una advertencia, la estrecha es la deberías elegir, pero es tu decisión. No escojas el camino fácil. No escojas pensando que será fácil.

Cuando vayas a elegir, ya Jesús te da la alternativa. Es estrecha la puerta que te lleva al camino correcto. Entrar por esta puerta te garantiza una jornada dura, llenas de retos y de experiencias que te llevarán de gloria en gloria y de victoria en victoria para la gloria de Dios.

Ahora te toca a ti elegir…

Te ama!

Pastor Carlos Armado