Una de las preguntas que el ser humano se hace es ¿Para qué vine a este mundo? Nuestros padres son los responsables de darnos dirección. Recuerdo a mis padres desde niño darnos a los dos a oportunidad de jugar deportes, de compartir con los vecinos, salir a los party de marquesina… Pero cada decisión estaba acompañada de un consejo. En nuestra formación, están los momentos de identidad. Esos momentos son muy importantes porque es ahí donde nos definimos, donde se nos forma el carácter, pero sobre todo afirmamos nuestra autoestima. Un padre nunca debería decirles a sus hijos es que tu todo lo rompes, es que tu no sirves para eso, es que tú eres un gordo, etc. Nunca debemos como padres utilizar palabras despectivas hacia nuestros hijos. Todo esto forma nuestro carácter y autoestima. Algo tan sencillo como participar en deportes, nos enseña a competir, pero a perder y levantarnos, a luchar y esforzarse. Algo tan sencillo como dejar que tengan sus experiencias y que ellos mismos aprendan a resolverlas sin que intervengamos ayudaran a nuestros hijos en el mañana a ser fuertes emocionalmente. ¿Y usted me dirá el ¿por qué hablo de esto…? En nuestra sociedad, vemos constantemente personas que aún no conocen su identidad. Que viven la vida sin sentido, sin dirección y propósito. Adultos maltratando niños, hombres y mujeres que no pueden convivir como familias si no es con agresión. Jóvenes que luchan por una identidad sexual, identidad en la sociedad porque en el camino no hemos alimentado la autoestima. Observemos como funge hoy día nuestra sociedad que de nada se hiere y forman boicot. Hoy día se le llama la cultura de la cancelación. Es una generación que yo le llamo débil, la gente le llama de cristal conde de todo se hieren y por nada te quieren hacer un boicot. Ahora bien, en la biblia, eso lo vimos con el pueblo de Israel. Ellos fueron esclavos del Faraón, pero al ser liberados su identidad cambia al momento de ser esclavos al ser libres. Pero ¿qué sucede cuando eres libre físicamente, pero en tu chip en el cerebro sigues siendo esclavo? Éxo 14:11 A Moisés le reclamaron: —¿Por qué nos sacaste de Egipto? ¿Por qué nos trajiste a morir en el desierto? ¿Acaso no había en Egipto lugar para enterrarnos? Éxo 14:12 ¿No te dijimos que no nos molestaras, y que nos dejaras trabajar para los egipcios? ¡Hubiera sido mejor seguir allá como esclavos, que venir a morir en el desierto! Así somos los seres humanos que no hemos comprendido el sentido de la vida en Dios. Ante la primera adversidad penamos que era mejor quedarnos donde estábamos aun siendo esclavos. Por eso mucha gente se aparta del camino de Dios. El estar en la iglesia no nos hace comprender el sentido de la vida que tenemos por medio de Cristo. Y el problema lo tienen las mismas iglesias que promueven más la religiosidad que la intimidad con Dios. Nosotros tenemos que afirmar que nuestra fe en Dios va por encima de las circunstancias. No por las experiencias que podamos tener. Porque si no iras de iglesia en iglesia buscando saciar tu necesidad emocional con experiencias y Dios no necesariamente está en todas esas experiencias. Dios aun está en tu proceso de dolor y en tu crisis. Esta también en el silencio, está en cada momento de nuestras vidas. El pueblo frente al mar rojo, y es gracioso porque uno que también estaba en el proceso era el mismo Moisés. Moisés fue obediente y valiente al llevar al pueblo frente a ese mar. Pero la realidad es que el mismo Moisés no conocía su identidad, su propósito. Y esto nos pasa a todos. Cuando estamos frente a ese mar de dificultades, cuando estamos frente a ese mar de problemas y crisis… nosotros hacemos lo mismo que Moisés… Éxo 14:13 (13-14) Moisés les respondió: —¡Tranquilos, no tengan miedo! Ustedes no se preocupen, que van a ver cómo nuestro Dios los va a salvar. A esos egipcios que hoy ven, no volverán a verlos nunca más, porque Dios peleará por ustedes. Moisés estaba claro de algo, pero el cómo no estaba muy claro. Dios peleara por ustedes…. Eso era lo que la sabia. Y eso muchos de nosotros lo sabemos. Dios es quien abe puertas, Dios es quien hace milagros. Pero cuando no sabemos nuestro propósito en Dios ni tenemos sentido, no podemos identificar el cómo lo hará. Por ejemplo. El que no ha encontrado sentido, dirección, siempre buscará en otros lo que Dios le entrego. Me explico. Dios nos llama sus hijos. Ya con eso tenemos identidad nueva. Al ser hijo el trato como hijo es cercano, lo que es mío, es tuyo. No necesitas intermediarios para comunicarte conmigo, tienes acceso a mi presencia. Pero nosotros preferimos en ir a otros para que intercedan por mi antes de yo presentarme y saber que si yo voy al padre el me escuchara. Para que lo entendamos mejor. Observemos a Moisés. Éxo 14:15 Pero Dios le dijo a Moisés: —¿Y tú por qué me pides ayuda? ¡Mejor ordena a los israelitas seguir adelante! Éxo 14:16 Toma la vara y extiende tu brazo sobre el mar, para que se abra en dos; así el pueblo podrá pasar por en medio, caminando sobre tierra seca Dios le dice a Moisés… ¿por qué me pides ayuda? Da tui la orden a los israelitas... toma la vara y extiende tu brazo sobre el mar y el mar se abrirá… Nosotros tenemos que entender esto. Muchas veces nosotros pedimos que oren por nosotros, podemos hacer una campaña de oración, pero Dios nos dirá, por qué me piden ayuda… si tienes la respuesta en tus manos. La respuesta de Dios no es para que nos sintamos autosuficientes. La dependencia de Dios es nuestra naturaleza. Es nuestra dirección. Pero cuando conocemos al padre, entendemos que la respuesta está en la vara… en actuar, en creer en sus promesas. No podemos vivir una vida sin sentido, sin dirección. Dios ha puesto dones, ha puesto talentos en tus manos. Entiende que eres hijo de Dios y los hijos y las hijas de Dios caminamos creyendo en sus promesas. Por ejemplo: Isaías dijo: «Ahora, pueblo de Israel, Dios tu creador te dice: “No tengas miedo. Yo te he liberado; te he llamado por tu nombre y tú me perteneces. Isa 43:2 Aunque tengas graves problemas, yo siempre estaré contigo; cruzarás ríos y no te ahogarás, caminarás en el fuego y no te quemarás Isa 43:3 (3-4) porque yo soy tu Dios y te pondré a salvo. Yo soy el Dios santo de Israel. ” Israel, yo te amo; tú vales mucho para mí. Para salvarte la vida y para que fueras mi pueblo, tuve que pagar un alto precio. Para poder llamarte mi pueblo, entregué a naciones enteras, como Sabá, Etiopía y Egipto. Cuando vivimos sin sentido, caminaos y divagamos y los procesos se convierten en tormentas que nos ahogan. Pero cuando entendemos nuestra relación con Dios este texto nos hace mucho sentido. ¿Qué le dice Dios al pueblo por medio del profeta?
Es a ti y mi que Dios está hablando. Tú que te sientes asfixiado (a) ante tus problemas…. A la cuenta de tres usted dirá su nombre en voz alta: Pon tu nombre…. No tengas miedo Pon tu nombre…. Yo te libere…. Pon tu nombre…. yo te puse nombre Mio eres tú…. ¿Cuál es la promesa? Por qué ahí nos dice nuestra identidad, nuestro sentido de vida. Somos del Dios, tenemos un padre que nos ama y que promete estar con nosotros. La promesa se encuentra en los próximos versos.
Estos eventos son simbólicos…. Es que Jesús lo dijo de una manera más a amena… En el mundo vivirán aflicciones, más confiad, yo he vencido a este mundo. Dios siembre buscará la manera de que entendamos nuestro propósito y sentido de vida que los problemas en muchas ocasiones nos nublan. La promesa en Isaías:
Así de grande y amoroso es nuestro Dios. Hoy quiero decirte que nuestra relación con Dios no debe de ser tormentosa ni mucho menos toxica. Donde abunda más el miedo que el amor y la gracia. Hoy afirma que tienes sentido de vivir. Que a pesar de lo que pueda estar experimentando podemos afirmar que nuestro Dios no da sentido y propósito de vida.
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Author:El Rvdo. Pastor Carlos Armando López Gerena tiene un BA en Trabajo Social y una Maestría en Divinidad del Seminario Evangélico de Puerto Rico. Archivos
Marzo 2024
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