Jesús salió de Galilea y se fue al río Jordán para que Juan lo bautizara. Pero Juan no quería hacerlo. Así que le dijo:
—Yo no debería bautizarte. ¡Más bien, tú deberías bautizarme a mí! Jesús le respondió: —Hazlo así por ahora, pues debemos cumplir con lo que Dios manda. Juan estuvo de acuerdo, y lo bautizó. Cuando Jesús salió del agua, vio que el cielo se abría y que el Espíritu de Dios bajaba sobre él en forma de paloma. Entonces una voz que venía del cielo dijo: «Este es mi Hijo. Yo lo amo mucho y estoy muy contento con él.» (Mat 3:13-17) En la antigüedad, parte de la costumbre para elegir a un rey era la oración para tomar la decisión correcta. Luego que se elegía el rey, se hacia una ceremonia donde se le ungía la cabeza con aceite para sellar el pacto. Así sucedió con Saúl, con David y con todos los reyes. Esa ceremonia era muy importante porque marcaba un precedente. Era el principio de algo. Se ungía a los obispos para presentárselos ante Dios en su ministerio, hoy día se nos unge a los pastores para la instalación, la ordenación al santo ministerio. En fin, se marca un nuevo comienzo. Cuando Juan el bautista se encuentra bautizando a las personas en el río, ya Juan sabía que venía uno mayor que el y que este vendría a reinar la humanidad. Que este rey venia con poder y que Dios así lo había enviado. Este mensaje de Juan se fundamentaba a que las personas se arrepintieran de sus malos caminos, porque pronto vendría un nuevo rey que traería el reino de Dios a ese lugar. Es entonces donde llega Jesús donde se encuentra Juan… Juan se considera indigno de bautizarlo porque sabía quién era Jesús. Sin embargo, Jesús le pidió que el lo bautizara. Para que se pudiera cumplir lo que Dios le había mandado. Ahí está la clave… Dios le había mandado, pero tenía que ocurrir un comienzo, un principio. Es entonces donde Juan sumerge en el agua a Jesús, y allí ocurre algo sobrenatural. Al salir del agua, el cielo se abrió… El significado de este pasaje puede ser resumido en tres aseveraciones:
Identificación: El mensaje era escuchado desde la antigüedad, pero ahora Jesús es identificado como el rey que venía, pro llego. Hasta ese momento lo que se escuchaba era “él ha de venir…” pero no había sido identificado. Con este bautismo, Jesús fue identificado como el nuevo rey. Este bautismo, tomó el mismo significado de la unción. Este rey no vino a buscar su trono en un palacio. Mateo lo relata como que un día Jesús vino de Galilea al Jordán… y ahí es que es bautizado. La identificación de Jesús se da no como el pueblo se lo esperaba. Jesús se bautiza como cualquier hijo de vecino que estaba allí. Creo que ahí podemos sacar algo. Muchas veces en nuestras vidas, queremos identificar la presencia de Jesús en las cosas grandes y pomposas, pero Dios esta con la multitud, con la gente y donde esta la necesidad. Jesús comienza su ministerio en un río donde se bautizaba a las personas para purificarlas… ¿Dónde estamos buscando a Jesús? Jesús esta afuera, y nosotros queremos buscarlo adentro. Fue un momento de decisión, de iniciar formalmente su ministerio público: Ahora no se basaba de profecías. Ya estaba ahí en medio del pueblo. Con el bautismo de Jesús se cumple el reino. Su ministerio comenzó entre el pueblo y terminó entre la gente. La vida de Jesús fue otra desde ese momento. Desde ahí comienza su ministerio. Su ministerio era nuestra salvación. Era enseñar y transformar al pueblo. Jesús pudo haber bautizado a Juan para demostrar que el era el hijo de Dios, el santo y que Juan era el que necesitaba el bautismo. Sin embargo, el prefirió estar en el lado del pueblo. En este acto, Dios interviene para presentar públicamente a su hijo en su misión mediante una triple revelación: Jesús ve los cielos abiertos, el Espíritu Santo descendió como paloma sobre él y oye la voz de Dios reconociéndolo como su hijo amado. Es donde vemos la señal cuando entra a las aguas. Los cielos se abren. Dios mismo abre los cielos para comunicarnos algo crucial. Los cielos abiertos son una expresión donde Dios le revela al pueblo algo importante. Se abrió el cielo es significado de una bendición, es señal de que Dios cumplió lo que prometió. Quiero que comprendas algo. El bautismo de Jesús nos recuerda lo siguiente: 1. Que los cielos se abrieron para identificar un momento. Ese momento trajo paz, trajo esperanza para aquel pueblo que vivía en opresión, vivía totalmente desenfocando al reino de Dios. 2. Nos debe recordar que el tiempo de espera acabo. La promesa se cumplió en Jesús y el día que decidimos seguirle, desde ahí los cielos se abren también para ti y para mí. 3. Cielos abiertos es significado de un nuevo comienzo. ¡Y si! Estamos comenzando un nuevo año. Un año que se nos invita a caminar en fe. Muchos están buscando si pueden cambiar el año por otro, pero es la realidad que nos a tocado vivir. Social: Comenzamos a vivir un año muy duro. Temblores en el sur oeste y en todo PR. Ayer vimos un acto de los más insensibles que hemos visto. En Ponce en unos almacenes tenían guardado cientos de suministros que desde Maria estuvieron ahí y no se los dieron a los damnificados. Hoy día hace falta catres, entre otras cosas que allí hay. ¿Qué sucede? Los cielos abiertos son significado que Jesús vino a poner las cosas en orden. Se levantaba en contra de las injusticias y esos cielos abiertos lo respaldaron. ¿Quiénes son esas manos de Dios? Es la Iglesia la que está llamada a vivir el reino. Por lo tanto, somos los que tenemos que salir y crear un plan para restaurar nuestra sociedad. Finanzas: Tengo que de igual forma decir que hoy los cielos se para las finanzas. En la antigüedad, los diezmos correspondían a la décima parte de lo que se sembraba en las tierras para que así la tribu de Leví que vivían en el templo pudiera tener comida. Entonces el profeta Malaquías les dice: “Traed todo el diezmo al alfolí, para que haya alimento en mi casa; y ponedme ahora a prueba en esto --dice el SEÑOR de los ejércitos-- si no os abriré las ventanas del cielo, y derramaré para vosotros bendición hasta que sobreabunde” Yo no quiero manipularte con lo que voy a decir. Pero esto es una realidad. El mandato en ese momento era traed todo el diezmo al alfolí para que haya alimento en mi casa. El alfolí era una alacena bien grande que se encontraba en el templo y de ahí se guardaba comida para los que trabajaban en el templo. Por eso el dice y haya alimento en mi casa. Ponedme en prueba en esto. ¿Cuál es la prueba? Yo no quero quiero decirte que si das el diezmo Dios te dará el doble. Yo lo que se e que aun mis escasez, nunca me ha faltado nada. Desde que me convertí, que trabaja en Pueblo extra en el 1993, cuando le di mi corazón a Dios comencé a dar mi diezmo. Eso es parte de mi adoración a Dios. No es una promesa que no importando o que cobre voy a darle $100 porque esa es mi promesa. Probadme en esto es que mentalmente dar el diezmo para muchas personas es una batalla. El darle a la iglesia es una lucha y yo lo entiendo. Porque se ha malinterpretado que todo es beneficio para el pastor. El diezmo es para Dios, y cuando lo damos lo hacemos con corazones contentos. Puede ser que la bendición no se el doble de lo que ofrendaste, pero goces de una buena salud física, emocional, etc. Dios le dice al pueblo: si no os abriré las ventanas del cielo, y derramaré para vosotros bendición hasta que sobreabunde” Nuevamente los cielos se abren como señal de Dios. En esta ocasión para derramar bendición hasta que sobre abunden. Tú quieres ver bendición en tus hijos, en tu casa, en la iglesia. ¿Quieres ver cómo la iglesia puede hacer proyectos sin necesidad de estar pidiendo a las personas? Comiencen a darle al Señor lo que El se merece… el se encargara de abrir los cielos y derramar bendición hasta que sobre abunden. En la parábola del hijo pródigo, el hermano mayor se puso celoso porque el papá le había recibido con fiesta y con abundancia a su hermano menor. El papá le responde lo siguiente: Luc 15:31 El padre le contestó: “¡Pero hijo! Tú siempre estás conmigo, y todo lo que tengo es tuyo…” Muchas veces no vemos los cielos abiertos y que las bendiciones de Dios son para nosotros también porque somos sus hijos. No las vemos porque nuestra vista está enfocada en nuestras crisis y situaciones y no en las bendiciones que Dios dispuso para nosotros. Tu familia: Cuando Jesús vino y afirmo su ministerio. Lo hizo pensando en las familias. Los cielos se abren para nuestras familias. Nuestra realidad social nos dice que el sistema familia va en decadencia. Que el significado de familia cambió hace rato y la iglesia no lo a digerido. Nosotros creemos que los cielos se abren para nuestras familias. Que Dios le dará sabiduría de lo alto para aquellos que estén viviendo una temporada difícil en el matrimonio. El ministerio de Jesús comenzó en una boda. Así que Jesús disfrutaba el estar con las familias. Qué tal si ponemos nuestras familias en las manos de Dios. Dejamos que esos cielos que ya están abiertos se derramen para nosotros. La familia es instituida por Dios para establecer un orden. Ese orden trae consigo unas responsabilidades y a su vez una bendición. Cuando caminamos en ese orden, podemos disfrutar de los cielos abiertos. Que tal si como iglesia, permitimos que Dios simplemente haga como el desee hacer en todas las esferas de nuestras vidas. ¡Te ama! Pastor Carlos Armando |