La transformación requiere disciplina y humildad
Los cambios traen resistencia de la gran mayoría de personas. Sea en la iglesia, en los trabajos, en todos los lugares. Lo interesante de los cambios es que no sabemos si funciona hasta que lo pongamos en práctica. Recuerdo hace como 6 años atrás, llegué temprano al templo. Moví todos los bancos de su lugar. Y me quede esperando en la puerta a ver la reacción de las personas. Recuerdo las miradas y los comentarios. No podía parar de reírme. Algunos decían: eaa aquí paso una tormenta. Otros decían y dónde está mi banco, me lo movieron. Recuerdo el coraje de algunos por lo que estaba pasando. Eso pasa cuando nos moldeamos a lo que ya experimentamos. Creamos resistencia porque nos gusta el confort, la comodidad de nuestro estilo de vida. La transformación requiere cierta disciplina y humildad, para que los cambios se puedan dar saludables. Me explico. Una persona orgullosa, que entiende que nadie es como él, que nadie lo hace mejor que él, que lleva tantos años y yo soy el que soy, no va aceptar los cambio, usted dirá: ¿para que los cambios si siempre lo hemos hecho de tal forma? Y ahí está el asunto. La transformación de una iglesia, de una vida requiere humildad. El aceptar que Dios desea cosas nuevas, el aceptar que los mismos tiempos evolucionan y la iglesia no se puede quedar en los tiempos. Una iglesia Humilde es una iglesia que se transforma para bendecir una ciudad. La transformación Requiere disciplina, Disciplina es la fuerza de voluntad y el dominio propio para poder lograr algo. Disciplina requiere un proceso de educación, de preparación con anticipación para ser efectivos en los cambios. O sea, los cambios en las iglesias no pueden ser fuera de orden. Los cambios en las iglesias se dan cuando la iglesia se prepara, cuando la iglesia se capacita, se disciplina para ser más efectivos. La iglesia no puede entrar en esta situación que ocurre cuando quieren poner en práctica algún método nuevo, sin preparar bien a la congregación. Hay que entender que lo que funciona en la iglesia tal no es lo mismo que va a funcionar en la iglesia nuestra. Cada iglesia tiene en si su propia personalidad muy distinta a las demás. En este pasaje Jesús rechaza la mente cerrada y recomienda que no despreciemos lo nuevo sólo porque lo es. No debemos tener miedo a la libertad de pensamiento. Si creemos en el Espíritu Santo, debemos estar dispuestos para que Dios nos guíe a nuevas etapas. Alguien preguntó: « ¿Cómo estaría la medicina si los médicos no pudieran usar nada más que las medicinas y las técnicas que se conocían hace trescientos años?» Y sin embargo, nuestros parámetros doctrinales son mucho más antiguos. El que propone algo nuevo siempre tiene que luchar.[1] Jesús lo que quiere decir es que no podemos permitir que nuestra mente limite lo que el Espíritu Santo desea hacer ante los retos de los tiempos. Tengamos cuidado con rechazar todo lo nuevo, porque podría querer decir que hemos perdido la elasticidad mental. Y Dios desea mentes flexibles que permitan que la gracia transformadora de Dios. No debemos tener miedo de nuevos métodos. El que algo se haya hecho siempre puede que sea la mejor razón para dejar de hacerlo. El que algo no se ha hecho nunca puede que sea la mejor razón para intentarlo. No hay negocio que marche con métodos anticuados -y sin embargo la iglesia sigue intentándolo. Cualquier negocio que hubiera perdido tantos clientes como la iglesia habría tratado de renovarse hace mucho -pero la iglesia sigue rechazando todo lo nuevo. [1] Comentario de Lucas, W. Barclay |
Author:El Rvdo. Pastor Carlos Armando López Gerena tiene un BA en Trabajo Social y una Maestría en Divinidad del Seminario Evangélico de Puerto Rico. Actualmente está cursando un certificado en Administración de Iglesias. Archivos
Marzo 2025
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