Me voy, no aguanto más...

Quiero que reflexiones en lo siguiente, ¿Cuál es la razón por la cual vas a la iglesia? ¿Cuál es tu motivación?

Antes de que contestes estas preguntas quiero que comprendas esta historia de Jesús en el libro de Juan. En el capítulo 6, Juan narra que Jesús había alimentado a 5 mil personas demostrando así su misericordia hacia esa gente que los mismos Discípulos querían despachar porque no tenían que darle. Jesús obró misericordia y allí ocurrió un milagro que hoy día todavía seguiremos hablando.

Pero luego de esta narrativa ocurrió algo que me es curioso. Esa misma gente que Jesús alimentó, ahora lo quieren seguir y lo buscan con mucho afán hasta encontrarlo en el otro lado del Mar. Cuando lo encuentran le cuestionan v25 Maestro, Cuándo llegaste acá?

Esa pregunta trae consigo un mensaje detrás del mensaje. La preocupación de esta gente no se basaba en el deseo genuino de seguir a Jesús porque el era el hijo de Dios. El deseo de esta gente de seguirle era por lo que ellos recibían de parte de Jesus. Había un deseo en los más íntimo del corazón, pero Jesús lo sabía y les responde: v26 de cierto, de cierto os digo que me buscarías, no porque habéis visto las señales , sino porque comeisteis el pan y os saciasteis.

Esta respuesta de Jesús es bastante fuerte, pero era la verdad. Tan pronto Jesús les dijo que aceptaran que el era el hijo de Dios, TODOS se fueron y lo abandonaron.

Esto me hace reflexionar en la iglesia de hoy. La gente se molesta y busca cualquier pretexto para irse de la iglesia. Es que nunca me han visitado, es que nunca me han llamado, es que no me dan participación, es que no me siento cómodo o cómoda…. etc.

A veces las personas creen que los líderes somos psíquicos y tenemos poderes sobrenaturales para saber que las personas están enfermas en el hospital. Muchas veces llaman a otra persona para notificarle que esta enferma, pero nunca llamó a su pastor, y quien paga las consecuencias de que nunca se llamara es el pastor.

Todos estas quejas son motivos para irse de la congregación. Todo esto forma un malestar hacia la figura de los líderes y malestar a la hora de disfrutar y llegar a la iglesia para adorar a Dios. Entonces llegamos a la iglesia con el espíritu entristecido y buscamos a quien culpar de nuestras actitudes incorrectas. Es ahí donde comenzamos que el culto estuvo malo, que malo estuvo ese mensaje, la iglesia no es la misma, esto va de mal en peor.

La realidad no es que las cosas estén de mal en peor, es que decidimos tener una búsqueda incorrecta. Jesús le dijo a este grupo de 5 mil personas, ustedes me siguen no porque creen en mí, si no por lo que les doy. Tan pronto les dijo que era el hijo de Dios lo abandonaron. Cualquier excusa es buena para irme de la iglesia, para abandonar. Pienso que las personas no han madurado en la fe y están buscando saciar su necesidad en el pastor, en los líderes y de ahí viene sus frustraciones.

En mi juventud, yo fui bien enfermizo. Me pasaba en el hospital porque era bien alérgico y padeció a de asma. Así que mi segunda casa era el hospital San Francisco en Rio Piedras. Nunca necesite que mi pastor fuera a verme, nunca necesite que alguien estuviera allí para sentirme amado por mi iglesia. Yo no necesitaba sentirme amado por mi iglesia, yo necesitaba sentirme amado por Dios y asi el lo demostro cuando me llamo. Por lo tanto nunca necesite de cosas externas, yo me fui a la fuente. Si yo necesitaba algún consejo era yo quien llamaba a mi pastor para sentarme y dialogar con el. Así aclaré muchas dudas sobre mi llamado con mi pastor Rvdo. Ricardo Suarez.

Cuando todos abandonaron a Jesús, solo se quedaron los discípulos. Jesús se volteó y les preguntó y ustedes ¿también se quieren ir? Pedro le responde: a ¿quién iremos? Tu tienes palabras de vida eterna. Y nosotros hemos creído y conocemos que tú eres el Cristo, el hijo del Dios viviente.


¿Cómo afirmamos y maduramos nuestra fe? Aquí está la clave. Nosotros hemos creído: Nuestra fe y esperanza, de estar puesta en Dios. El fue quien te eligió y te salvo. Tu pastor o pastora está para educarte, guiarte, para acompañarte, pero nunca para salvarte. Si pones tu fe en en tu lider, vivirás con frustraciones y corajes y sobre todo molesto con él o ella. Pero si tu fe está en Cristo, entenderás la vida de tu pastor y sobre todo la entenderías.

Lo segundo es Conocer: Pedro afirma que porque te conocemos. El conocer se basa en intimidad y creo que ahí está la mayor parte de nuestro problema. Para conocer a Cristo tengo que tener intimidad y esto no se basa en ir los domingo a la iglesia. Esto se basa en una vida en adoración a Dios. En mantener una vida Devocional, de lectura, de oración, de meditación, de separación, retiros, etc. Pero las personas viven tan comprometidas con su tiempo que no hay espacios para esto. Así que nos basta conformarnos con ir los domingos.

Por eso no me extraña escuchar compañeros pastores que tienen feligreses que viven en constante quejas con sus pastores. No me extraña el constante movimiento de personas de iglesias en iglesias. No me extraña el me voy, no aguanto mas. Claro, la culpa es de otros menos nuestra.

En estos días hablando con mi Hno. Mandy. Hablamos sobre esa inquietud de orar, de leer, de tener devocional e intimidad con Dios. Nuestra realidad es que la rutina del dia y el entrenamiento nos está matando. No es que este malo entretenerse, yo lo practico, me gusta. Pero creo que en el balance, en tener tiempo para todo. Si no cultivamos una buena relación con Dios, buscaremos en los demás nuestra deficiencia espiritual y al a hora de la verdad te irás, porque no aguantas más. Tengo que decirte, el problema nunca fue del otro, fue tuyo.

¿Cómo trabajar esto? Proponte leer más a menudo. Además de la biblia, lee libros que te estimulen en tu vida espiritual. Comparte con alguien tus devociones. Escribe tus oraciones, y meditas en lo que hay dentro de tu corazón. Eso te ayudara a madurar en la fe y responder como Pedro: a ¿quién iremos? Si solo en ti hay palabras de vida eterna.


Te ama

Pastor Carlos Armando