2 Corintios 5:11-21
En estos tiempos que estamos viviendo, donde existe una crisis mundial, donde la economía tiene a muchos en el desempleo, donde el individualismo es la orden del día y todo nos causa estrés. Quiero hablarte sobre el tema de la reconciliación. Ya que entiendo como pastor que la iglesia tiene varios llamados que ejercer. Hemos dicho que la iglesia tiene que ser una que restaure al caído. Una que transforme al ser humano y a la familia y hoy quiero hablarte de uno de los muchos llamados que tiene la iglesia y este es la reconciliación. Reconciliación es el restablecimiento de la amistad entre varias partes enemistadas. O sea que para que haya una reconciliación, una de las partes tiene que estar enemistada con la otra. Vamos a ver como Dios se encarnó para que el mundo se reconciliara con él y que así ellos pudieran obtener la salvación y la vida eterna. Y así se entregó para reconciliar al mundo con El. Cuando hablamos de reconciliación, dijimos que es el restablecimiento de algo que estaba enemistado, o separado. Primero quiero preguntar ¿Qué cosas nos pueden causar contienda, divisiones, divorcios en fin separaciones? En cuanto a la familia se trata, una pareja se puede separar porque dejo de amarse, porque hubo una infidelidad, por mala administración del tiempo, etc. En las relaciones interpersonales, podrían ser, la murmuración, la cizaña, los malentendidos, la hipocresía. En la vida espiritual el hecho de no vivir en santidad te lleva a estar lejos de la presencia de Dios. Pero no la santidad que se nos ha vendido por años que tenía que ver con tu apariencia personal, sino más bien la santidad de tu corazón. De ahí comienza la reconciliación, de lo más profundo del corazón del ser humano. Pablo comienza esta parte de la carta a los corintios con el hecho de que la iglesia al cual él le escribía conocía el temor que se le debe tener al señor. No temor de miedo, sino de respeto y reverencia. Y ese temor a Dios según Pablo te lleva a testificar a las personas porque ante Dios estamos al descubierto. Y Pablo le dice que también así sea vuestra conciencia. Pablo le dice que nosotros debemos sentirnos orgullosos de los que somos, de lo que creemos para así saber cómo responder a los que se enorgullecen de lo exterior y no de lo interior. En fin, para Pablo el evangelio de Dios es locura y que todo lo que hacemos los hacemos para glorificar el nombre de Cristo. Pablo entiende que el cristiano no puede vivir una doble vida, no puede ser de doble ánimo, que de nada vale que su exterior aparente vivir en santidad si su corazón está lleno de maldad para los demás. De hecho es palabra fuerte el versículo 16 cuando le dice al pueblo que vivan para Dios y que de aquí en adelante si conocían a alguien en la carne y si aun conocimos a Cristo en la carne en estos momentos no lo conocemos así. ¿Qué quiere decir Pablo? Que, si el pueblo tenía malas costumbre antes de conocer a Cristo, perfecto eso está bien, pero ya estando con Cristo no lo debes seguir practicando. Y es que, en la iglesia de los Corintios, las personas se convertían y traían sus malas costumbres al evangelio y eso no debe ser así. Muchas personas piensan: “yo tengo mi manera de ser y así Dios me tiene que aceptar” y de ante mano le pones límites a Dios de lo que él puede hacer en tu vida. Y el asunto está en que el que se convirtió, pero sigue practicando su pecado. Posiblemente ante los ojos de los hombres seas un santo, pero ante Dios estamos al descubierto, créeme que sigues siendo el mismo o la misma pecadora. Si usted se creía que en este tiempo es donde se ven estas cosas, no, en la iglesia de los corintios también pasaban. Y es que cuando nosotros aceptamos al Señor lo que estamos haciendo es validando la muerte de Cristo por nosotros. Por ende, cuando uno toma esa decisión debe de pasar un proceso de transformación. Cuando aceptas al Señor te estas reconciliando con Dios. Aunque no lo conocieras estas en el proceso de reconciliarte con aquel que te dio vida. Y según Pablo si alguno está en Cristo, este es nueva criatura. Esto de nueva criatura mucha gente lo tira a un lado viviendo en pecados y engañando a las personas según su apariencia, pero no por sus actitudes. Vamos a ver ejemplos de ser nueva criatura. Antes robaba ahora no robo, ni me interesa robar. Antes fornicaba, pero ahora respeto a mi pareja, y ni me interesa hacerlo hasta que me case. Antes mentía, pero ahora me doy cuenta de que mentir está mal. Antes era un problemático, pero ahora me comporto y respeto a las autoridades y a mis líderes. Por ende, el que no demuestre ser nueva criatura, definitivamente no ha pasado por el arrepentimiento genuino de su corazón. Por eso yo creo que las personas que comienzan a juzgar a los demás y señalar las fallas de los demás es porque algo en su vida no está bien. Algo en esa persona está siendo mal, que tiene que señalar a los demás para santificarse. Por eso es mejor quedarse callado, no estar criticando no juzgando a los demás, porque a eso no te mando Dios. De hecho, cuando somos nuevas criaturas es porque las cosas viejas que yo traía en mi equipaje ya pasaron. Ósea que cuando nos convertimos de corazón comienza un proceso que se llama renovación y regeneración. Porque Dios comienza a darnos una nueva identidad y una nueva forma. Y Pablo dice más, él dice que de ahí en adelante TODAS las cosas son hechas nuevas. Entonces, reconciliación si reconciliación es el restablecimiento de ambas partes enemistadas, podemos ver con claridad que Dios mismo se encarnó en Cristo para que el como modelo o como el cordero en sacrificio, fuese la base para que nuestras vidas quedaran restablecidas con Dios. ¿Pero qué sucede? No todo el mundo lo puede entender de esta manera y por eso viven engañándose a ellos mismos. O sea, que para que exista una reconciliación ambas partes deben perdonarse. Ambas partes deben de darse. El asunto es que ya Dios hizo su parte, se encarnó para perdonar los pecados de la humanidad, se encarnó para perdonar tus pecados y los míos. El asunto no está en la parte que Dios hizo. Ya él lo hizo y lo hizo con amor. El asunto está en nuestra parte. Nosotros vivimos como si pudiéramos jugar con Dios. Hoy soy una cosa y mañana soy otra. Recuerdo escuchar un amigo mío en el ara metro, es que se me hace difícil seguir este camino. Pues si es difícil, es difícil cuando lo haces porque te dijeron que si no te arrepientes te vas para el infierno, porque la decisión la vas a tomar por miedo y no por amor. Y es que el evangelio de Dios lo aceptamos por el simple hecho que Dios nos amó primero a nosotros y a causa de ese amor nosotros somos restablecidos con Dios. Antes del nacimiento de Jesús, Dios había enviado su ira contra el pueblo, lo había castigado, que cosas Dios no hizo para que el Pueblo se arrepintiera. Uno lee los libros del antiguo testamento y uno nota a Dios molesto con su pueblo a causa de su incredulidad, a causa de sus actitudes. Y no fue hasta que el mismo se encarnó que nos reconcilio por medio de Jesucristo. Pablo le dice a los Corintios que somos reconciliados por medio de Cristo, pero esto no se queda ahí. Dios entonces nos dio el ministerio de la reconciliación. Ósea que en nosotros está el restablecer la relación de los hombres y mujeres con Dios. Que puedan vivir en armonía. Sin enemistades, sin escondites, sin malas costumbres. Que interesante este punto del versículo 19. Observe el ministerio que Dios nos da cuando nos reconciliamos con él. 1. Dios estaba en Cristo reconciliando al mundo consigo al mundo. Unidad 2. no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, Y nos encargó la palabra reconciliación. No tan solo no las encargó sino nos hizo embajadores en nombre de Cristo. O sea, que cuando yo hablo, camino, trabajo, estoy en casa, con mi familia estoy siendo un representante de Cristo en la tierra. Somos mensajeros de la reconciliación entre el hombre y Dios. Para ti declaro en el nombre del Señor. Que Dios te limpie y rompa todo patrón de conducta de pecado y que vivas según lo que Dios declaró para ti. A los matrimonios que estén separados o a punto de. Yo no voy a decir que tienes que volver con tu pareja, pero si tienes que reconciliarte con ella o con él. No puedes vivir una vida de guerra, Dios quiere que se reconcilien y que disfruten de la paz que él nos dejó. Para ti declaro, un espíritu de humildad y echamos todo orgullo que no te deja perdonar, y que tu vida sea renovada por esta experiencia. Y por último a los que viven siempre en disputa con los demás. Tu problema se basa en tu soberbia y en tu orgullo, no te deja expandir lo que Dios tiene para ti. Vives no tan solo en malestar en tu casa sino con otras personas y en la iglesia. Todo te irrita, no soportas los cambios de Dios y hasta dices que no es de Dios. Créeme necesitas restablecer tu pacto con Dios, tu pecado te hace pensar que lo que haces lo haces bien, y hasta piensas que Dios mismo es quien te ayuda. El Dios que yo conozco es uno que no crea contienda, que no se mofa de los demás, que no crea divisiones por la tanto esta conducta es anticristiana y quien la práctica no vive como tal. Por eso declaro, así como Eliseo oró a Jehová por su criado. Para que le abriera sus ojos espirituales. De esa misma forma declaro que tu abres los ojos de aquellos que están ciegos y no ven el daño que le hacen a tu obra con sus acciones. Por eso en este día del Señor te invito a que vivas tu vida en santidad, no artificial, si no aquella que te hace vivir en paz. En paz con Dios y en paz con los seres humanos. Y así predicamos la reconciliación al mundo. ¡Te ama! Pastor Carlos Armando |
Author:El Rvdo. Pastor Carlos Armando López Gerena tiene un BA en Trabajo Social y una Maestría en Divinidad del Seminario Evangélico de Puerto Rico. Actualmente está cursando un certificado en Administración de Iglesias. Archivos
Marzo 2025
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