9 Luego Jesús contó la siguiente historia a algunos que tenían mucha confianza en su propia rectitud y despreciaban a los demás: 10 «Dos hombres fueron al templo a orar. Uno era fariseo, y el otro era un despreciado cobrador de impuestos. 11 El fariseo, de pie, apartado de los demás, hizo la siguiente oración:[b] “Te agradezco Dios, que no soy un pecador como todos los demás. Pues no engaño, no peco y no cometo adulterio. ¡Para nada soy como ese cobrador de impuestos! 12 Ayuno dos veces a la semana y te doy el diezmo de mis ingresos”.13 »En cambio, el cobrador de impuestos se quedó a la distancia y ni siquiera se atrevía a levantar la mirada al cielo mientras oraba. Sino que golpeó su pecho en señal de dolor mientras decía: “Oh, Dios, ten compasión de mí, porque soy un pecador”. 14 Les digo que fue este pecador —y no el fariseo— quien regresó a su casa justificado delante de Dios. Pues los que se exaltan a sí mismos serán humillados, y los que se humillan serán exaltados
Lucas 18:9-14 Hace uno día me comentaron “Pastor General es que no todo el mundo merece le perdonemos”. Los verdaderos creyentes reciben la misericordia de Dios y reconocen sus pecados. No se sienten dueños de todos, no centran sus oraciones en ello (Lucas 18: 19s). El fariseo se siente merecedor de la salvación con arrogancia. El publicano por el contrario no puede levantar sus ojos porque se siente pecador. Son dos formas de orar como el fariseo que se cree perfecto o como el publicano que sabe que es pecador y siente que es por gracia y de esa forma se acerca a Dios. Tú y yo tenemos que reconocer las cosa que hacemos bien y en las que fallamos y que necesitamos una actitud de humildad. No podemos ser como el fariseo que no agradece la salvación porque cree que la merece, pero el publicano sabe que es un regalo de Dios, que es una donación de Dios. Y cuando uno entiende la salvación como una donación de Dios y que en su gratuidad Él nos las ofrece nuestras vidas tiene que ser distintas. Es por ello que nuestro mensaje tiene que ser uno de reconciliación, de perdón, si no vivimos de esta manera nos vamos a matar los unos a los otros. A veces perdonamos a personas que no merecen el perdón y sabemos que no merecen ser perdonados, eso es muy cierto, pero las perdonamos porque no vamos a vivir con esa carga. Las perdonamos porque a nosotros se nos ha perdonado mucho. Abre tu corazón y deja que salga todo el veneno que el dolor ha depositado en tu corazón. Gente de Dios, perdonamos como un acto de amor, como una se;al de que es Dios que vive en nosotros. Necesitamos vivir en el perdón. Si somos capaces de perdonar seremos capaces de construir la vida de una forma diferente. Seremos capaces de aportar una fuerza sanadora a la vida y la vida se tornará sin duda alguna en una llena de esperanza de alegría y de fuerza. Vivamos la vida libre de rencores y odios. Revdo. Edward Rivera Santiago Pastor General IEUPR
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Author:El Rvdo. Pastor Carlos Armando López Gerena tiene un BA en Trabajo Social y una Maestría en Divinidad del Seminario Evangélico de Puerto Rico. Actualmente está cursando un certificado en Administración de Iglesias. Archivos
Enero 2025
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