Pentecostés: El Derramamiento de un Espíritu Transformador

Hechos 2
En nuestra traducción a este libro se le ha llamado el libro de los hechos de los Apóstoles. El autor de este libro es Lucas y se dice que es una continuación de su evangelio, que al ser tan largo lo dividieron en dos partes. Lo interesante de este libro es que se le autodenomina los hechos de los apóstoles, ya que desde aquí comienza lo que se llama la iglesia primitiva. Yo le llamaría a este libro los Hechos del Espíritu. ¿Sabes por qué? Porque en cada relato, en cada historia, puedo ver que quien hace la obra es el Espíritu Santo y no los apóstoles.

Ahora bien, el capitulo 2 comienza diciendo que  el día de la fiesta de Pentecostés. Hay que entender que para los judíos existían 3 fiestas muy importantes. La fiesta de la pascua, la de los tabernáculos y la de pentecostés.  Pentecostés es una fiesta que se celebraba 50 días después de la pascua, o sea después de semana santa. Esta semana se tomaba como si estuvieran de vacaciones por lo tanto ya podemos entender porque había gente de otros países. Estaban vacacionando por la festividad de la actividad.  Entre ese gentío estaban los discípulos en la fiesta. No dice o especifica que esta actividad era un culto especial. Nuestra imaginación ha llevado a pensar que allí había un culto con música sacra y la gente danzando en el Espíritu.

Ellos se encontraban en una casa, y de repente escucharon un gran ruido, era como si fuera una tormenta,  y retumbó toda la casa. No hay una explicación que pueda aclarar alguna duda. Simplemente hubo una manifestación de Dios en ese lugar dando una señal que el estaba en ese lugar. No podemos decir ahora, porque en esta fiesta Dios tuvo esta señal de un viento recio es que el siempre se manifiesta de esta manera. La verdad es que en la Historia podemos ver que Dios se manifiesta de igual forma en el silbido apacible. Esto son señales de que Dios está en un lugar, pero no es el destino final.

Me he dado de cuenta que la gente por muchos años piensa que las señales que Dios da a su pueblo es lo máximo, cuando no lo es. Las señales lo que hacen es dirigirte y notificarte por el lugar que vas caminando. Por no es el final. Las lenguas o los idiomas que fueron repartidos en ese momento, fueron una señal para los que estuvieron presentes en la fiesta, pero no fue el destino final, sino un comienzo.

Una de las grandes obras del Espíritu Santo de Dios, fue el logra que los que estaban presentes comenzaran hablar otras lenguas (Idiomas).  Dice el texto, que ellos sintieron como un fuego que se posó sobre ellos y que comenzaron hablar otras lenguas, en la versión lenguaje actual se refiere a otros idiomas. Nosotros los latinos pensamos que ellos fueron poseídos en un éxtasis y que de ahí en adelante ellos hablaban lenguas espirituales.  Usted me dirá pastor pero eso fue por el Espíritu Santo, esas lenguas eran Espirituales. Una de las obras del espíritu en pentecostés es que Dios sabiendo que había gente de otros países, de otras culturas que posiblemente no iban a entender lo que ellos hablaban, Dios les repartió en ese momento los idiomas para que todos los que estaban allí entendieran lo que todos hablaban.  Ellos se maravillaron de lo que veían. La intención de Dios, puedo entender fue que toda lengua reconozca que Jesucristo es el Señor.  Que la obra del Espíritu Santo es que todos conozcan las grandezas de Dios, no importando nacionalidades. Dios capacitará por medio de su espíritu para que otros entiendan su palabra.

Nosotros tenemos que tener cuidado cuando hablamos de estos temas. Mucha gente piensa que todos los domingos hay que hablar lenguas, que cada vez que hay que ministrar hay que hablar lenguas. Las lenguas es lo máximo, el que no tiene este don se va para el infierno. No tiene salvación. Ojo!!!!  No todos los que estaban en la fiesta hablaron otros idiomas. Estaban los que hablaban y estaban los que escuchaban.  De hecho Pablo le habla a los Corintios en torno a este don.  “1 Corintios 14”

Que te quiero decir, Pentecostés en más que hablar Lenguas, pentecostés es un llamado a hablar otros idiomas para que otros puedan entender que Dios los ama.  Hoy la iglesia está hablando otros idiomas. La gente esta reacia de ir a la iglesia porque la iglesia habla un idioma que otros no entiende o los alejan. Las iglesia hablan del lenguaje del juicio y del castigo, hablan del idioma del odio hacia los demás.

Recuerde, que las lenguas eran una señal, no era el destino final. Algo que a mí en lo personal me da curiosidad es lo siguiente. Si la señal de pentecostés, la obra del Espíritu Santo fue que otros entendieran el mensaje, lo que se hablaba, sin interpretación ninguna. ¿Porque luego la gente sigue con la manifestación, que hasta Pablo les amonesta diciendo dejen de estar hablando cosas que pueden traer confusión a otros. Si el don de Dios es para edificar al pueblo, ¿porque la iglesia entiende que el hablar lenguas es la manifestación mayor?  La señal nos dirige, pero el destino final es Cristo. Es su amor.

 El Espíritu Transformador

Pentecostés es significado de Fiesta. Una fiesta donde el Espíritu llenó a todos los que estaban presentes. Pero esa llenura no era una llenura individualista como pensamos nosotros. Hace tiempo leía un libro. En este libro el relataba como él fue un día a la iglesia y ahí comenzó a hablar lenguas. Llego a la casa y todavía estaba hablando en lenguas, casi sin fuerzas él seguía hablando en lenguas. Mientras leía el libro me preguntaba en ¿qué edifica lo que estoy leyendo?, porque si él piensa que esto es lo que pentecostés nos dejo, creo que hay un mal concepto de esta fiesta. El espíritu derramado en pentecostés es el espíritu Transformador que coge al ser humano y le da la oportunidad  a ser parte de una iglesia. A gente que eran de otros países que fueran parte de esta fiesta. El espíritu no es individualista, sino de comunidad, de la gente.

El Espíritu da poder

Los apóstoles tenían una forma de ver las cosas. Ellos querían actuar pero no tenían el poder para hacerlo. Tan pronto recibieron el poder, sus vidas fueron transformadas. Ahora ellos comenzaron a predicar el evangelio a toda nación. Ellos comenzaron a darle a la gente de lo que Dios les había dado.  La llenura del Espíritu Santo no fue para jugar con las emociones.  Fue para sanar, libertad, unir, traer  paz entre los pueblos. 

No me hace sentido que las iglesias estén peleando por quien tiene más fuego. Quien es mas avivada y quién no. Creo que la iglesia que pierda su tiempo en estos asuntos no sabe lo que es ser iglesia. La iglesia primitiva, utilizó sus dones para bendecir a un pueblo, edificar, no para separarse.

Nosotros vivimos en un mundo donde reina el individualismo. ¿Quién es mejor Kobe o Lebron? ¿Cual iglesia es mejor la mía o la de fulano? Y perdemos el tiempo a ver quién tiene más fuego, más unción.  Nosotros no puede perder el tiempo en los peces de colores. Tenemos que entender que el mismo Espíritu que se derramó en pentecostés es el mismo que se derrama hoy en nuestras vidas y nos transforma para que trasformemos un pueblo. 

Deja que ese mismo espíritu, te transforme, y actúa para transformar a otros!

Pastor Carlos Armando