Una vez entraron al templo dos personalidades muy distintas. Uno trabajaba en el sistema gubernamental(Hacienda) recogiendo impuestos al pueblo y el otro era un líder del sector religioso. El que trabajaba en el sistema gubernamental no era muy querido por el pueblo por su tipo de trabajo. Constantemente era tentado a cometer actos de injusticias y dejarse seducir por tener más. El líder religioso tenía una función. Guiar al pueblo y educar en cuanto a su religión, sus creencias, su ley, etc.
Un día ambos entraron al templo y el líder religioso observo al que trabajaba en Hacienda orando y el comenzó a decir en su oración: Señor te doy gracias por lo que soy, por mi ministerio, porque puedo ser útil, porque soy fiel a tu diezmo, porque soy fiel a los mandamientos y no soy como ese empleado de hacienda que es un vil pecador que viene ahora a pedirte perdón cuando le ha robado a todo el pueblo y es un corrupto. El empleado de hacienda se encontraba en el altar llorando y dándose golpes en el pecho pidiéndole a Dios que lo perdonara porque se dejó seducir por el pecado y cayó. No pudo aguatarse ante la tentación. Hubo un hombre, que vino a este mundo a transformarlo por medio de la enseñanza, que afirmo que la oración que Dios escucharía seria la del empleado de hacienda y de la importancia de la honestidad en la oración. Ese hombre llamado Jesús dijo en esa historia que el corazón del líder religioso era uno de orgullo, soberbia, de falta de perdón y de odio. En su enseñanza Jesús dijo al final: “Porque los que se creen más importantes que los demás, son los menos valiosos para Dios. En cambio, los más importantes para Dios son los humildes. Lo que está en perspectiva no es la posición de liderato de cada uno sino lo que sale del corazón. El reconocer nuestro pecado, el no menosprecia al otro porque ha cometido un delito, porque al parecer por ser cristiano eres más espiritual que los demás, es un acto de orgullo, soberbia que Dios mismo menosprecia y no acepta como un acto suyo. Nosotros tenemos una responsabilidad de amar, de ser compasivos y de tener un corazón humilde. Pienso que ahí está nuestro problema. No sabemos definir humildad. La humildad no tiene que ver con cuento dinero tenemos o no tenemos, o las propiedades. La humildad es la acción, es lo que sale del corazón. El comprender que todos tenemos el mismo derecho. Que no hay tal cosa de que somos más espiritual que otros. De que no hay tal cosa de que somos santos que otros. Eso se llama orgullo y Dios rechaza el corazón orgulloso. Este mismo hombre llamado Jesús, le llevaron una mujer que había sido sorprendida en el mismo acto de adulterio. Esta mujer tenía dos problemas: era mujer y había pecado. Los más espirituales la llevan ante Jesús para que fuera juzgada a base la ley de Moises, así que había que apedrearla. Jesús como voz profética del mismo Dios, traza una línea en la tierra y les dice que el que esté libre de pecado que lance la primera piedra. Jesús les rompió los esquemas. No hay tamaño para los pecados. No hay colores para los pecados y el pecado no mide las personalidades y profesiones. Por eso cuando observo la primera historia, veo a un líder religioso con un corazón orgulloso y soberbio porque él no es como ese empleado de hacienda que roba o que es injusto. Sin embargo Dios se fijó no en la posición, si era líder religioso o empleado de gobierno. Dios se fijó en lo que sale del corazón. Tengamos en cuenta el no tomar posturas equivocas ante nuestra realidad de vida. El ser ministros no nos hace más espiritual, nos debe de hacer más humildes para poder entender más a las personas. Por de la misma tentación que otros caen, nosotros también seremos tentados. Pero la diferencia es que el otro lo hace público y nosotros lo callaremos para que no sepan cuan frágiles somos. Dios busca corazones sinceros, que se humillen ante Dios y que rompamos las caretas de espiritualidades toxicas que nos dividen y nos etiquetan. Termino diciendo, seamos más como Jesús y menos como nosotros…. ¡Les ama! Pastor Carlos Armando |
Author:El Rvdo. Pastor Carlos Armando López Gerena tiene un BA en Trabajo Social y una Maestría en Divinidad del Seminario Evangélico de Puerto Rico. Actualmente está cursando un certificado en Administración de Iglesias. Archivos
Marzo 2025
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